El Gobierno prepara el lanzamiento de un nuevo índice para medir la inflación

El Gobierno nacional avanza en la puesta en marcha de un nuevo Índice de Precios al Consumidor (IPC), que será presentado a fin de año, en el marco de los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La actualización, que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) asegura tener lista desde el punto de vista técnico, busca modernizar la canasta de consumo utilizada para medir la inflación en Argentina y adaptarla a los hábitos de consumo actuales. La medida se encuentra ahora a la espera de los avales políticos de la Casa Rosada para su implementación definitiva.
El cambio del IPC es un reclamo sostenido por economistas y especialistas en estadísticas, que advierten que las canastas de consumo utilizadas para medir la inflación deben ser actualizadas cada cinco o diez años para mantener su representatividad y evitar distorsiones. El último relevamiento del gasto de los hogares que sirve como base para el cálculo del IPC data de 2017/2018, y desde entonces no se habían producido modificaciones en la estructura del índice.

El Fondo Monetario Internacional destacó la necesidad de esta actualización en el informe técnico correspondiente a la primera revisión de metas del acuerdo con Argentina. Allí, el organismo aseguró que el nuevo índice será lanzado a fines de 2025 y que su implementación definitiva será discutida en la próxima revisión programada para enero del año próximo. Si bien el calendario puede sufrir ajustes, el objetivo es que el cambio entre en vigencia antes de que finalice el año.
En abril pasado, el director del Indec, Marco Lavagna, había anticipado los alcances de la modificación de la canasta. Según explicó, la renovación incluye nuevos productos y servicios con el objetivo de reflejar con mayor precisión los cambios en los hábitos de consumo de la población.
El funcionario, que fue ratificado en el cargo pese a los cambios de gestión, detalló que se incorporarán servicios como las plataformas de streaming, el uso de telefonía celular y otros bienes que forman parte del consumo actual de los hogares. Sin embargo, aclaró que la actualización no implicará una alteración sustancial en los resultados. “Son diferencias pequeñas entre los esquemas. Uno busca el resultado final de la inflación, y por temas internacionales también tenemos que cambiar el esquema”, afirmó Lavagna.
La nueva estructura de la canasta del IPC implicará modificaciones relevantes en las ponderaciones de los distintos rubros. De acuerdo con un ensayo elaborado por la consultora Equilibra, que utilizó como referencia la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) 2017/2018, los alimentos y bebidas no alcohólicas reducirían su peso del 26,9% actual al 22,7%, mientras que el rubro de prendas de vestir y calzado bajaría del 9,9% al 6,8%. También disminuirían su participación restaurantes y hoteles (de 9% a 6,6%), salud (de 8% a 6,4%) y bebidas alcohólicas y tabaco (de 3,5% a 2%).

En contrapartida, algunos capítulos ganarían peso significativo dentro de la canasta. Vivienda, electricidad, gas y otros, que incluye el costo de tarifas de servicios públicos, pasaría del 9,4% al 14,5%, un incremento de más de cinco puntos porcentuales. Transporte también registraría una suba considerable, del 11% al 14,3%. Comunicaciones, que incluye internet y telefonía celular, crecería del 2,8% al 5,1%. Asimismo, Recreación y Cultura, Educación y Bienes y servicios varios experimentarían leves aumentos en su participación.
Estas variaciones en las ponderaciones implican que los ajustes tarifarios y los cambios en el precio de los servicios tendrán un impacto más directo en el índice general. Con ello, el IPC actualizado busca alinearse con los estándares internacionales y reflejar con mayor exactitud el gasto real de los hogares argentinos.
En definitiva, el nuevo IPC no solo moderniza la medición de la inflación, sino que también redefine los factores que más influirán en su evolución, en un escenario donde la política tarifaria y el costo de los servicios serán variables cada vez más determinantes para el bolsillo de los argentinos.